lunes, 23 de mayo de 2011

MEME, algunas de mis escenas favoritas

Recojo el testigo de Ricardo de Esculpiendo en el tiempo para seguir con el juego y dejaros mi MEME particular (si lo hago en otro momento seguro que habría sido otro, pero es muy difícil elegir…jeje). Espero que os guste:



ESCENA MÁS DIVERTIDA


Annie Hall de Woody Allen (1977) “Amigos míos, si la vida fuese así…”. Me quedaría con Annie Hall al completo pero esta escena es de mis favoritas. La escena es puro Woody Allen con una frasecita que es la guinda del pastel para la escena más divertida de la historia del cine (o una de ellas, que no se enfade nadie).




ESCENA MÁS TRISTE


Bailar en la oscuridad de Lars Von Trier (2000). Me quedé sin aliento al ver la última escena de esta, para mi, obra maestra. Sugiero que no la vea nadie que no haya visto la película.




ESCENA MÁS ALEGRE


El gran Lebowski de Joel Coen (1998). Soy un enamorado de “El Nota” y su peculiar grupo de amigos. De entre todas las escenas, que hay muchas, me quedo con la mítica aparición de John Turtorro en la bolera.




ESCENA MÁS AGRIDULCE


Big Fish de Tim Burton (2003). La última escena de Big Fish (para mi de lo mejor de Burton) me deja un sabor agridulce, la he visto varias veces y no consigo decidirme por alguno de los dos extremos del sabor.




ESCENA MÁS PERTURBADORA


Fresas salvajes de Ingmar Bergman (1957). El sueño del inicio de Ingmar Bergman siempre me ha parecido una obra maestra y me ha dejado completamente perturbado. El video cuenta también con el inicio que es un buen prólogo para adentrarnos en esa genialidad de escena.




ESCENA MÁS RARA


Cabeza borradora de David Lynch (1976). He decidido copiar a Ricardo porque no creo que vuelva a ver una película tan rara como la opera prima de Lynch. Sin comentarios…




ESCENA CON MÁS SUSPENSE


La ventana indiscreta de Alfred Hitchcock (1954). No seré yo quien le quiete el título al gran Hitchcock. Esta película me parece suspense en sí misma, toda una obra maestra del género. Os dejo una especie de trailer porque la escena que yo quería no la encuentro.




ESCENA MÁS TERRORÍFICA


Los otros de Alejandro Amenábar (2001). El tremendo final con un terror y un suspense increíble de las manos de uno de los mejores directores españoles. Al no encontrar las imágenes, he optado por poneros el video mítico de la ducha de Psicosis, una segunda opción.




ESCENA MÁS ROMANTICA


Euphoria de Ivan Vyrypayev (2006). Lo único que he encontrado es un trailer. Es una película cien por cien poética que me enamoró, solo puedo recomendar verla, porque no tengo imágenes para poder recomendaros alguna de las escenas románticas que tiene la película.




ESCENA CON MEJOR DIALOGO


Reservoir Dogs de Quentin Tarantino (1992). Silencio, los Reservoir están hablando. La escena sería desde el inicio hasta los míticos títulos, pero en español y en youtube esto es lo que hay.


Aquí



LA MEJOR ESCENA (SONORA) SIN DIÁLOGO


Anticristo de Lars Von Trier (2009). Os dejo con la imagen, porque el video completo de esto me imagino que esta censurado. Lo siento por los puristas, pero me encanta esta escena.






LA MEJOR ESCENA SILENTE


Metrópolis de Fritz Lang (1927). Cada escena de esta película es una joya, me quedaría con todo el film, pero puestos a elegir… ahí va esa:




ESCENA CON MEJOR PELEA


Kill Bill de Quentin Tarantino (2004). No podía ser otra, la Manba Negra contra los 88 maniacos (uno de ellos el mismo Tarantino). Espectacular!!




MEJOR ESCENA MUSICAL


Blue velvet de David Lynch. De este momento musical increíble y envelesador y de una oreja, el bueno de Lynch empezó a construir el guión de Terciopelo azul. Momento irrepetible de Isabella Rossellini




MEJOR ESCENA CON BAILE


Pulp Fiction de Quentin Tarantino (1994). Simplemente, mítico.




MEJOR ESCENA ONÍRICA


Twin Peaks de David Lynch. Ya sea en la serie o en la película de Twin Peaks: fuego camina conmigo, la habitación roja es todo un símbolo.




EL MEJOR DISCURSO


Stalker de Andrei Tarkovsky (1979). No tengo la imagen pero os dejo las palabras:


-“Cuando el hombre nace su cuerpo es débil y ligero, cuando muere es fornido y duro. Cuando un árbol crece es tierno y mimbreño, pero cuando su tronco está seco y rígido, se está muriendo. La dureza y la fuerza son satélites de la muerte.”



EL MEJOR INICIO


Amelie de Jean-Pierre Jeunet(2001). No hay nadie como Amelie. Un prólogo que marca las pautas de una nueva corriente y que pone los cimientos del propio film, acompañado de la música del genio Yann Tiersen.




LA MEJOR MUERTE


Braveheart de Mel Gibson (1995). Me sigue poniendo los pelos de punta.




EL CLIMAX MÁS CONSEGUIDO


El crepúsculo de los dioses de Billy Wilder (1950). Posiblemente la mejor escena de la historia del cine, y por supuesto, con ella se llega al máximo climax.




EL MEJOR FINAL


Con faldas y a lo loco de Billy Wilder (1955). Simplemente: nadie es perfecto.




LA MEJOR ESCENA DE LA HISTORIA DEL CINE


Persona de Ingmar Bergman (1966). Sin palabras.




Creo que se me ha visto un poco el plumero con debilidades que he elegido para mi MEME, de todas formas, espero que os haya gustado. Ahora, el reto se lo lanzo a Lala con su maravilloso blog llamado BOLDECINE.

martes, 17 de mayo de 2011

El baúl de grandes directores

El alfabeto (1968) David Lynch


David Lynch estudió en la Pennsylvania Academy of Fine Arts de Filadelfia convencido de poder explotar sus dotes artísticas en el terreno de la pintura. En el transcurso de sus estudios se da cuenta de que a la pintura le faltan dos dimensiones: el movimiento y el sonido. Esto le lleva a adquirir una cámara de 16 mm con la que en 1967 rodaría su primer film Six Men Getting Sick. En ésta juega con la pintura y el movimiento desplegando una fuerza estética de gran importancia, más al lado de la vanguardia y la experimentación. El dinero que recaudó le fue suficiente para seguir explorando con el séptimo arte.


Su segundo film llega un año más tarde con el título de El alfabeto, donde sigue experimentando en el terreno de la animación, pero también mezclando pequeños fragmentos de la realidad. El sonido cobra real importancia y nos lleva hasta una asfixia que nos transporta al epicentro del cortometraje: una pesadilla.


Estos primeros tesoros del baúl de Lynch nos revelan elementos del imaginario lynchiano que explotaría en sus futuras obras maestras, tales como Terciopelo Azul o Mulholland Drive entre otras. Uno de los hombres más personales de Hollywood sin ninguna duda.





Vincent (1982) Tim Burton


Compartió clase con John Lasseter y su imaginación y técnica le llevaron a fichar por Disney. Durante esta primera fase sus trabajos en el campo de la animación son simplemente fantásticos. Centrándonos en lo que yo denominaría “obra maestra de pequeño tamaño” Vincent se ha convertido en una pieza audiovisual de culto: la voz de Vincent Price, el homenaje a Edgar Allan Poe, la escenografía pura del cine de Burton… una joya que merece ser vista.


En este baúl cabe mencionar el mediometraje Frankenweenie (1984), una idea sobre la que Burton sigue enamorado y que volverá a dar vida de nuevo (esta vez en el terreno de la animación) en 2012.





Tin Toy (1988) John Lasseter


Cuando John Lasseter llegó con su idea de la nueva animación a Pixar revolucionó el género y dejó a Disney en un segundo plano con un gran vacío de ideas. Para llegar a la famosa Toy Story, fueron numerosos los cortometrajes de animación con los que Lasseter intentó experimentar y perfeccionar la técnica.


Además de conseguir romper la hegemonía de Disney, sus proyectos estaban impregnados de unos nuevos códigos y valores: el viento arrastraba la idea de momento musical-animación, película de hadas-animación, película plana (estéticamente)-animación. Entre todas las joyas de su baúl personal he escogido Tin Toy, un cortometraje con un sentido completo y que antecede lo que próximamente conseguiría Lasseter.




viernes, 13 de mayo de 2011

Versos para escenas emotivas

“Al inventarse el cine las nubes paradas en las fotografías comenzaron a andar”, la frase de Ramón Gómez de la Serna (autor de Cinelandia) transmite la poética que tiene implícito el séptimo arte. Escritor vanguardista, ya comentaba con compañeros de la talla de Dalí o Buñuel[1] la grandeza que podría llegar a tener el cine por todos los elementos con los que contaba y de los que se podría nutrir: pintura, literatura, fotografía, música…etc.

Fuera de la compleja poética visual (generalmente dedicado al campo estético), en pequeñas ocasiones los guionistas-directores han jugado directamente con poemas o versos para conseguir una escena con alto contenido emocional. Algunos ejemplos que os traigo son estos:

Oh capitán, mi capitán

El poema de Walt Whitman sirvió de enlace para conectar a un profesor con sus alumnos en El club de los poetas muertos. El film nos muestra la personalidad de cada personaje a golpe de versos (ocultos), y el famoso lema Carpe Diem da pie a romper con las primeras páginas de un libro que muestra la poesía como una red de complicadas combinaciones y métricas para poder entender a la misma.


“Oh capitán, mi capitán” es el verso que nos regala más de una escena emotiva a lo largo de la película, pero como no podía ser de otra manera, el cenit llega con una de las últimas escenas.

- Señor Keating, ¡Nos obligaron a firmarlo a todos!… tiene que creerlo, ¡es verdad!

- Y le creo Tod.

- ¡No fue culpa suya!

- Márchese señor Keating. ¡He dicho que se vaya señor Keating!

- ¡Oh capitán, mi capitan! (subiéndose a la mesa)

- ¡Siéntese señor Anderson! Se lo advierto por última vez.

- !Oh capitán, mi capitán! (subiéndose otro a la mesa)

(Subiéndose casi todos)

- ¡¡Siéntense todos!!

- Gracias chicos.

La lengua de las mariposas

El genio Fernando Fernán-Gómez se subía a la tarima y decía “si conseguimos que una sola generación crezca libre, tan solo una generación, ya nadie les podrá arrancar nunca la libertad, nadie les podrá robar ese tesoro”. A través de las lecciones (en muchos casos lecciones de vida) que transmitía la figura del profesor a sus alumnos las escenas emotivas fluían una tras otra y es que… las mariposas tienen lengua.

En una de las clases se oía a los alumnos recitar el poema de Machado Recuerdos infantiles siendo una de las escenas más emotivas, seguramente tiene mucha culpa el contenido de estos versos cargados de nostalgia:

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de
lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.

La poesía y el baile sexy

La película que rinde homenaje a lo programas dobles de los cines de barrio Griendhouse, se atreve con la poesía en la segunda de sus películas dirigida por Tarantino Death Proof.

El programa de radio de Jungle Julia da juego para que se establezca la siguiente promesa: un baile sexy a cambio de que la primera persona que llegue a Arlene (Vanesa Ferlito) la llame mariposa, la invite a una copa y como colofón la recite un poema:

El bosque es un lugar demasiado oscuro y profundo,
tengo mucho que cumplir
y mucho que viajar antes de poder dormir
¿me has oido mariposa?
mucho que viajar antes de poder dormir



[1] Son famosas las tertulias que se llevaban a cabo en el antiguo café Pombo de Madrid.

domingo, 8 de mayo de 2011

Soy director de cine, pero puedo dejar de serlo por un puñado de dólares

Nueva Zelanda, un director de cine llamado Peter Jackson conmociona al espectador con sus películas llenas de un alto contenido gore: originales y llenas de personalidad consiguen el status de “películas de culto”. Jackson se consolida como director de un cine un tanto minoritario, pero su nombre sale con fuerza a la luz y las viejas estanterías de los videoclub de barrio siempre tendrán un hueco para Mal gusto o Tu madre se ha comido a mi perro.


Tiene un ojo clínico estupendo y en un casting para Criaturas celestiales descubre a la maravillosa actriz Kate Winslet. Tanto con esta película como con Agárrame esos fantasmas se convierte en un director universal, pero que de momento guarda su identidad prácticamente intacta. Después de su salto al gran estrellato (que coincide, por supuesto, con su salto a los EEUU) con la trilogía de El señor de los anillos… “Sr. Jackson, ¿cuántos puñados de dólares vale tú alma?”. La respuesta lo llevó a hacer King Kong.



Peter Jackson en el rodaje de Bad Taste (Izquierda) y Kink Kong (Derecha)


"Veo mucho potencial, pero está desperdiciado. Toda una generación trabajando en gasolineras, sirviendo mesas, o siendo esclavos oficinistas. La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos, no hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine, o estrellas del rock. Pero no lo seremos, y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados" Brad Pitt.


David Fincher podrá poner en el lanzamiento de sus próximas películas aquello de: “del director de El club de la lucha”... Esa película antisistema que llevo a Fincher a los cielos parece ser una simple anécdota. Es poseedor de un buen puñado de grandes películas y es poseedor de un buen puñado de dólares ¿Sabéis quién va ser el director encargado de hacer la versión norteamericana de la trilogía de Millenium?


“¿Por qué el Titanic no se hundiría dos o tres veces?” Esto debe de pensar James Cameron cuando va al supermercado y con el suelto que lleva en la cartera tiene que comprar un magret de pato de baja calidad. Cuando el director de cine se convierte en un analista de la audiencia y un iluminado para la misma ¿Qué sitio le queda al arte?

Dos partes de Terminador, la segunda parte de Piaraña y de Alien y ahora ha anunciado dos películas más de Avatar. Sr. Cameron, ¿qué tal se vive en Pandora? Para el resto de los mortales, podemos aprender de Woody Allen viendo Toma el dinero y corre, porque corriendo nos pasaremos la vida y corriendo no espero tropezarme con una nueva parte de un éxito cinematográfico de aquellos que hacen “cine” por un puñado de dólares.

jueves, 5 de mayo de 2011

Escultor Fritz Lang

“La estatua, inyectada de esta mirada partida, juega, con el paradigma de la inmovilidad: tiempo-carne coagulado, metáfora de la parálisis y del trabajo de la muerte” Luis Seaone.


La escultura es un elemento que acompaña la escenografía del imaginario languiano: dotada de un alto significado y esculpida con sus propias manos y por consiguiente con sus ideas.


Las únicas esculturas que se han conseguido conservar hasta la actualidad son las creadas por el maestro Lang en 1915, en éstas se puede observar dos corrientes que serán muy utilizadas a lo largo de toda su filmografía: la primera consigue provocar miedo y reverencia, y la segunda muestra lo exótico, raro o fantástico.



“Del pintor, el director de cine necesita el conocimiento de la construcción de la imagen; del escultor, el conocimiento de la línea” Fritz Lang.


En Das wandernde Bild o en español La imagen errante (1920) ya muestra en el título del film el protagonismo de la escultura. Por otro lado, en Dr. Mabuse es llamativa la decoración de la habitación del Conde Told con mascaras primitivas y objetos exóticos: es conocido que Fritz Lang poseía una gran colección de arte que conservaba de todos los viajes realizados por los diferentes países del mundo (sobretodo por Europa).






La simbología transmitida a través de la escultura en Metrópolis (1927), quizá su obra más importante, es de destacar. Son muchos los pequeños detalles escultóricos (muchos de ellos de carácter mitológico) que acompañan a las imágenes y a la historia. Por ejemplo, los hombres negros que sostienen de rodillas una concha gigante se petrifican en figuras de arcilla que representan los siete pecados capitales.




La muerte


En la primera época alemana de Fritz Lang (1919-1933), el tema de la muerte y todo lo que ésta puede contener se encuentra en un aparente vacío o como el propio director afirmó “es una terra incognita que merece ser conquistada”. Dispuesto a afrontar este tema de la mejor manera, inicia sus estudios en el campo del psicoanálisis, para él imprescindible ya que lo considera de su dominio.


La obsesión con la muerte es casi enfermiza, como ocurrirá años posteriores con el sueco Ingmar Bergman, pero a diferencia de éste último, Lang tiene sus propias reflexiones:



“El asesinato y la violencia son innatos al hombre; todos somos asesinos en potencia. El deseo de herir y el deseo de matar están fuertemente asociados a nuestra necesidad sexual, bajo cuyo signo nadie actúa razonablemente” Fritz Lang.




En Metrópolis había una escena que contenía una estatua gigante de la cabeza de la diosa Hel o Hela, que en la mitología nórdica es la diosa de los muertos. En definitiva, si Andre Tarkosky está considerado el escultor del tiempo, se podría decir que Fritz Lang es el escultor de la muerte y el escultor del cine.